Fipronil, Bayer y apicidio en México
- Ignacio Loera
- Sep 17, 2024
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11/09/2024
Ignacio Moreira Loera
Las abejas son, entre otras especies de insectos, mamíferos y aves, uno de los animales más importantes y reconocidos por su labor como polinizadores, tanto de especies silvestres de flora, como del 75% de todos los alimentos que consumimos. Las abejas forman parte esencial de la salud de los sistemas biológicos y los ecosistemas de donde son originarias; su función como polinizadores sostiene al primer eslabón de la cadena trófica, la flora y vegetación, la cual funge como la base de esta cadena alimenticia.
En la última década, la población mundial de abejas y de otros polinizadores ha decaído dramáticamente; en México, del 2015 al 2019, se registró la muerte de aproximadamente 1,600 millones de abejas; en los Estados Unidos, los apicultores documentan la pérdida del 48% de sus colmenas y en Europa, el 37% de las poblaciones se encuentran actualmente en declive.
Sin embargo, en este artículo abordaremos el caso de Campeche, estado de la república que en los últimos años ha sufrido el apicidio nacional más dramático, todo a causa de la experimentación de pesticidas por parte de la empresa químico-farmacéutica Bayer.
En marzo del 2023, apicultores de las comunidades indígenas de Suctuc y Crucero Oxa en el estado de Campeche, reportaron la muerte masiva de las abejas que conforman las colmenas productoras de miel de la region, acabando no solo con miles de estos polinizadores, sino, además, con el sustento de docenas de apicultores peninsulares.
Estudios realizados por el área de especialidad en abejas del Colegio de la Frontera Sur Campus Chiapas, ECOSUR y SENASICA reafirmaron la pérdida total del 94% (3,163) de todas las colmenas de las dos comunidades; la causa, el uso del pesticida conocido como Fipronil.
El Fipronil es un insecticida de uso agropecuario, su amplio espectro afecta no solamente a las plagas objetivo, sino también a una gran variedad de insectos y animales silvestres, afectando indiscriminadamente a una amplia gama de organismos nativos, además de generar daños en la salud humana, ocasionando envenenamiento, cáncer, malformaciones natales y enfermedades gastrointestinales.
No obstante estar prohibido en los Estados Unidos, Europa y China por sus efectos negativos en la naturaleza, los cuerpos de agua y el ser humano, el gobierno mexicano, así como el del estado de Campeche, permiten su uso. Las comunidades afectadas están rodeadas de ranchos que utilizan dicho pesticida, inclusive de zonas de experimentación de Bayer, que emplea drones y herramientas de irrigación para dispersar y estudiar los efectos del fipronil, el cual se esparce por vía aérea, contaminando las regiones aledañas, dañando de forma significativa, y sin control alguno, a miles de abejas y a cientos de especies silvestres.
A pesar de los esfuerzos por parte de los apicultores y de las comunidades indígenas de Campeche, el gobierno ha sido omiso a sus reclamos. Las autoridades, a cambio de que los afectados retiraran sus denuncias, ofrecieron sustituir únicamente el 10% de las colmenas afectadas, las cuales se perdieron nuevamente debido a la contaminación producida por la corporación Bayer. En el 2024, se volvió a registrar la muerte masiva de abejas, dejando en claro que el gobierno no ha tomado las medidas necesarias para proteger tanto al medio ambiente como al patrimonio de los apicultores mexicanos.
Es así, como los pactos entre los altos funcionarios y las corporaciones multinacionales se vuelven cómplices del deterioro ambiental, priorizando los beneficios personales a costa de la biodiversidad nacional y de sus comunidades indígenas, las cuales suelen ser las que más velan por la naturaleza mexicana.
Finalmente, quiero agradecer a mi amigo Ricardo Medina Farfán por proporcionarme la información necesaria para escribir este artículo, y quien, además, forma parte de los esfuerzos que buscan apoyar a los apicultores campechanos.
Leer aquí también: https://laprensadecoahuila.com.mx/2024/09/11/la-nota-verde-11/
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