Los bosques Coahuilenses: Un frágil tesoro natural.
- Ignacio Loera
- Oct 15, 2023
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28/08/2023
Ignacio Moreira Loera
Mi abuelo, nacido en 1938 en un remoto ejido de Coahuila, cuenta que durante su infancia, los bosques de la sierra de Arteaga no eran los reducidos parches que hoy conocemos, sino vastas extensiones de enormes vegetales que cubrían las laderas y montañas, verdes mares conformados por miles de árboles de gran variedad. Sin embargo, para cuando yo conocí la foresta arteagense, muchas de sus montañas eran ya extensos cúmulos de rocas, y los parches de bosque que hoy sobreviven son víctimas de la actividad humana, consumidos por los incendios forestales y la explotación maderera.
Existe la creencia de que los bosques, después de ser alterados, no necesitan más que tiempo y lluvia para regenerarse completamente, sin embargo, aunque este fenómeno de recuperación sí es posible por sí solo, no lo es en todos los hábitats y es preciso conocer las peculiaridades de cada ecosistema para poder determinar si esos requisitos son los únicos necesarios para que nuestras sierras se recuperen de los devastadores incendios que han sufrido. La verdad es que los bosques coahuilenses son un tesoro natural, pero su encanto viene con una fragilidad significativa, y son sus características, las que los hacen especialmente vulnerables a las sequías, pero principalmente a los incendios forestales y a la escasa recuperación posterior.
Coahuila se encuentra ubicado, como les mencione en la columna anterior, dentro del gran desierto chihuahuense, y, por lo tanto, nuestros climas boscosos suelen ser más áridos y propensos a las sequías. Para comprenderlo mejor imaginemos que nuestros bosques son una isla y el mar que lo rodea, en vez de ser agua, es un gran desierto, y en consecuencia nuestros territorios carecen de la humedad que podríamos encontrar en otros lugares, cuyas zonas boscosas tienen mayores niveles de agua y de humedad atmosférica. Estos factores hidrológicos fungen un papel muy importante en la creación de lo que llamamos condición de bosque: las características específicas que crean un ecosistema boscoso; si estas condiciones desaparecen, el bosque pierde la capacidad de sobrevivir y regenerarse.
Los bosques Coahuilenses son relativamente secos, debido a esto, los incendios forestales en nuestra región tienen mayor impacto. Durante un incendio, el fuego evapora la humedad de la tierra y consume el sotobosque, la vegetación que crece más cerca del suelo, que acumula la humedad y evita que la tierra se erosione. Al verse afectados estos elementos, los bosques quemados pierden su capacidad retenedora de humedad, sus suelos se erosionan y con las lluvias los sedimentos que forman los sustratos del bosque se deslavan, y las montañas se convierten en zonas desnudas y rocosas en donde las raíces de los árboles nativos no prosperan, dando lugar a terrenos pedregosos en donde solo un puñado de especies pueden volver a crecer, por lo tanto, sin importar el paso del tiempo, los bosques nunca vuelven a recuperarse.
La mejor alternativa para mantener nuestros bosques es cuidarlos, no prendas fogatas, recoge tu basura, no compres madera o participes en la tala de árboles, lleva alimentos ya preparados, si prendes carbón, asegúrate de apagarlo totalmente y ayuda en labores de reforestación. Los tesoros naturales no son ilimitados, la belleza de la que hoy gozamos al visitar la sierra está desapareciendo y si no sumamos esfuerzos serán nuestros hijos y nietos los que sufrirán las acentuadas consecuencias de una naturaleza devastada por sus antecesores.
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